Ottana es a la vez corazón del interior de una Cerdeña indómita, aquella que habita entre montañas, caso tan lejos del mar que apenas siente que es una isla; y a la vez alma que con la reminiscencia histórica de sus tradiciones, acoge la llegada de sardos y turistas que vienen mágicamente atraídos a un pequeño pueblo de la Cerdeña profunda.
Ottana se sitúa en el extremo más occidental de la región de Barbagia, que viene a decir la tierra de los bárbaros, o al menos lo que les pareció el carácter de los nativos a las diferentes civilizaciones que de paso hacían paradas más o menos estables en Cerdeña.
El contraste de sus tradiciones tiene un punto álgido en las dos torres de la industria química, que hoy son el sustento económico. Pero en Ottana no se olvidan de su pasado ganadero y pastoril, y en sus famosos Carnavales queda perfectamente reflejado.
Durante su celebración podemos convertirnos en antropólogos, aprendiendo el significado de los diferentes protagonistas del Carnaval, empezando por Sos Merdules, que aluden a los campesinos, siempre vestidos de negro y con máscaras grotescas; Sos Boes, cubiertos de pieles y máscaras con formas de animales, burros, cabras o bovinos; y finalmente Sa Filonzana, que representa la mala suerte ataviada como una anciana con su máscara horrenda.
Si llegamos fuera de Carnaval lo haremos buscando la visita al monumento más atractivo del pueblo, la iglesia de San Nicolás, en otros tiempos catedral. Este edificio románico del 1160 presenta una planta de cruz en forma de T, con un ábside de media circunferencia y un entramado de madera que le da aún mucho más valor arquitectónico. Su fachada la forman tres estadios decorados cada uno con arcos de medio punto y decoración de cerámicas y piedras coloridas.
Mapa de Ottana
