El Parque Nacional del Golfo de Orosei y del Gennargentu al este de Cerdeña propone multitud de itinerarios para caminar. Uno de ellos se encuentra en pleno Supramonte, y nos acercará al Monte Tíscali y el poblado nurágico donde habitaron las gentes de esta peculiar civilización autóctona.
Para los sardos es una de las joyas arqueológicas de Cerdeña, junto a los nuraghe de Barumini y algunos pozos sagrados como el de Santa Cristina. La datación va desde el último periodo de la cultura nurágica (Siglos VI-Siglo IV a. C.) a la llegada de los romanos cuando se deshabitó.
El yacimiento arqueológico se enclava en pleno monte Tíscali, una montaña de apenas supera los 500 metros de altura, a medio camino entre los Supramontes de Dorgali y Oliena. El poblado está en la cúspide, disperso en una depresión cárstica, en una cavidad originada por el hundimiento del terrero. Este abrigo en la dolina favorecía la protección puesto que las paredes naturales servían de caverna abierta al cielo. Ya que sólo se hace presente una vez inmersos en la sima, el poblado era invisible para ojos ajenos.
El hallazgo fue casual ya que el historiador, estudioso y político italiano Ettore Pais la descubrió al mundo en 1910 – antes ya era bien conocida por pastores -. Posteriormente Antonio Taramelli llevo a cabo las primeras catas del yacimiento en 1927. Cuando salió a la luz, el notable estado de conservación generó mucho interés, si bien los continuos pillajes y hurtos diezmaron su situación. Afortunadamente los trabajos a partir de 1995 de autoridades y una cooperativa local que promueve la conservación del patrimonio cultural y arqueológico han permitido recuperar Tíscali. (Por ello se cobra una entrada de visita al poblado).
Además de la función defensiva, el lugar de Tíscali permitía funcionar como torre de vigilancia de todo el valle, gracias a los miradores que como ojos de halcón divisaban todo lo que se movía alrededor. Una abertura se abre como un balcón al valle de Lanaitto, cerca de Oliena.
El poblado se levantó sobre una terraza que permitía salvar el desnivel natural. Los restos conservados permiten observar las cabañas rectangulares y circulares de piedra, todavía incluso con parte de la estructura de madera que servía de vigas. Tal grado de conservación nos conduce la imaginación a la época en la que se habitaron.
Ruta a Tíscali
El tiempo necesario para cubrir la ruta es de una 5 horas (ida y vuelta) aproximadamente, con un grado de dificultad medio. El inicio de la excursión comienza en el parking del área forestal de San Giovanni, siguiendo el valle creado por el río Sa Oche, siguiendo las marcas blancas y rojas en el camino.
Durante el trayecto advertiremos la existencia de antiguas minas de carbón hoy cubiertas por robledales que animan la subida al monte. Podemos optar por la contratación de un guía (más que aconsejable por la experiencia que nos transmiten numerosos viajeros) que nos explicará durante el recorrido los diferentes paisajes que vamos observando. Es recomendable especialmente porque no todos los tramos están señalizados y corremos el riesgo de perdernos o malgastar el tiempo. Si están interesados en contratar una excursión pueden escribirnos a info@lasardegna.es
Mapa y ubicación del poblado