San Nicolò d’Arcidano es un pequeño pueblo de la provincia de Oristano, en la parte alta del Campidano, cercano a la hermosa Costa Verde.
Historia de San Nicolò d’Arcidano
Escarbando en el origen del nombre, Architano podría inducir a que proviene de «En el camino de Arci«, refiriéndose al camino que conducía al Monte Arci, donde se extraía la valiosa obsidiana empleada ya desde la Edad de Bronce para elaborar diferentes utensilios.
Hasta el 29 de enero de 1864, el municipio se llamaba simplemente Arcidano y se encontraba en un gran delta del río Pabillonis, que desembocaba al mar. Los trabajos de recuperación de tierras (la llamada bonifica) de las décadas del 20 y 30 del siglo XX, derivó en el cambio de paisaje, alejando la línea de costa varios kilómetros.
Durante el período nurágico, se construyeron siete nuragas, ahora destruidas, destacando «Peppi Tzappus», una estructura polilobulada ubicada en la región de «Is Codinas». Bajo la iglesia principal de Arcidano estaba el «Nuraghe Luxia», cuyas piedras fueron usadas para el templo católico.
La evidencia de la época romana es más evidente debido a la proximidad de la ciudad de Neápolis, como demostraron los hallazgos de urnas votivas durante la campaña de recuperación de las marismas para poder cultivar y pastorear.
Más tarde, en la Edad Media, Arcidano formó parte del Giudicato de Arborea, y posteriormente del Marquesado de Oristano.
QUÉ VER Y HACER EN SAN NICOLÒ ARCIDANO
En el punto más alto, junto al centro del pueblo, se alza la iglesia parroquial de San Nicolò Vescovo, cuyo origen es incierto. La última reconstrucción probablemente tuvo lugar alrededor de 1660, y sin duda antes de 1763, cuando se erigió una fachada neoclásica con un frontón de estilo griego formado por columnas que sostienen un tímpano triangular.
A mediados de agosto se celebra el evento Arcidano Produce, donde se exhiben y venden productos agrícolas y artesanales, mientras que en septiembre se festeja al santo patrón. También destacan las citas de finales de junio en honor a San Isidoro, protector de los agricultores, y a finales de julio en honor a Santa Margarita.
Murales y museo aire libre
Sin duda, lo que ha ubicado San Nicolò Arcidano en el mapa de Cerdeña como lugar con parada obligatoria son sus murales. Se trata de un espacio museístico al aire libre que alberga murales con escenas de las tradiciones sardas.
Así, encontramos una interesante exposición de herramientas agrícolas y la recreación de una antigua bodega, con barriles y otros utensilios antiguos en desuso.
El espacio también cuenta con un antiguo carro tirado por caballos con ruedas de madera, una antigua piedra de molino sarda, usada antaño para moler grano, y diversos aperos de labranza.
La iniciativa es obra del Ayuntamiento de San Nicolò d’Arcidano y de la artista Pina Monne, creadora de los murales en las calles del pueblo.
