Entre todos los rincones inolvidables, entre las joyas arquitectónicas de Cerdeña, entre los bocetos de paisajes inigualables de la isla, encontramos un lugar difícil de hallar en cualquier otro sitio del mundo. Se trata del bosque petrificado de Martis.
Un gran bosque ocupaba la zona durante el Mioceno, cuarto periodo de la época Cenozoica, unos 23 millones de años atrás. Martis tuvo la suerte de que esos bosques quedasen petrificados y fosilizados, dando lugar a conjuntos troncos, en donde podemos observar las formas cilíndricas de esos troncos, algunos huecos y otros completamente mineralizados.
A lo largo del valle del Riu Altana los lugares de Išci (Perfugas) y Carruca (Martis) poseen los fósiles de los bosques , muchos todavía están enterrados en diferentes profundidades.
Esta escultura caprichosa de la naturaleza pese a su originalidad no es visitada de forma masiva ya que se aleja de los circuitos de turístas, y por ello pasear por el parque fotografiándonos con los árboles petrificados es una buena alternativa de excursión tranquila.
Para llegar al parque del bosque petrificado debemos llegar a Martis y una vez seuperado avanzar medio kilómetro y descender por un pequeño desvío con una gran desnivel un kilómetro más aproximadamente. A la izquierda observaremos conjuntos de piedras dispersos por un parque remodelado con algunas esculturas arquitectónicas.